Nonsense

Hagamos un sinsentido con las palabras patatásticas que se pasen por la mente cavernosa del señor de la constelación más lejana de la galaxia de los nimetoques, allí es fácil ganar a los engranajes técnicos del amor sin fronteras, con la única ilusión de no estropear las sonrisas troposféricas de los lunares de tu voz.
Si haces dibujos en las miradas que te lanzo, como malabarista fumado o alcohólico de tristezas vagabundas en el bulevar de las fantasías de la esquina, bien llamadas furcias, porque hay fantasías que se pagan por ellas a veces demasiado caras para gente que no las necesita de verdad, como los orcos de Sauron que nunca verán la felicidad de un niño asteroide.
Si te ríes de mi voz, esperate a cuando saque el arma láser que tengo escondida en la capa invisible que recubre el revestimiento de ella, preparada a lanzar furiosas llamaradas a los hombres perennes que se les cae el pelo en la llegada del otoño y renace en la primavera occidental de la pradera de gomilandia, de esos no te fíes se ríen de una forma desconsiderada, para la edad tan avanzada que tienen comparadas con las setas venenosas que salen de los envidiosos de Bob esponja.
Pues eso doritos.
O doreos según se vea., que a mi nadie me paga por la publicidad.

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